lunes, junio 14

Solo sentirlo...

Había vivido días maravillosos. Días llenos de luz, calma, brillo, amor, felicidad y una paz tan inmensa que ni ella misma podría explicarse. Todos estos sentimientos de bondad causaban un revoloteo extraño en su cuerpo, en su mente y en todo su ser. Un sentimiento bastante difícil de plasmar, pero más allá de agradable para sentir y disfrutar.

De repente, en medio de la noche, mientras se encontraba mirando a las estrellas desde la ventana, una "mariposa" de esas que solo salen en la noche, pasó a su lado. 
La mariposita de polvo intentó alcanzar la Luna o alguna estrella, o al menos, eso parecía. Pero no logró alcanzar mucho. A poca altura del piso de la ventana, dejó de volar y cayó lentamente sobre la mano de Olivia, quien sonreía gentilmente ante el esfuerzo de la pobre polilla.

El animalito moriría mañana, y todo lo que habría obtenido sería la gratitud de haber volado hasta más no poder.

Olivia lo sintió en ese momento. A veces no era necesario hacer las cosas completas, porque siempre puede haber una fuerza que nos frustre en el camino, pero mientras lo intentemos en serio, mientras le pongamos todas las ganas que sean necesarias, aquella paz y amor por lo que hacemos nos llevará por el camino brillante hacía la luz de la felicidad que nos transporta a un punto medio en donde somos capaces de encontrar la calma.
Que no sea necesario no significaba que no hay que hacerlas, tampoco dejarlas a medias. Simplemente, hay un momento justo, donde sabes que has cumplido tu misión, donde te das cuenta que tus esfuerzos han valido la pena, donde tu pasión hacia lo que realizas llega tan lejos que incluso es contagiada, y lo sienten... lo sientes.

Y a pesar de tener una revoltura de sentimiento en tu mente, a pesar de tener el corazón al borde del colapso, a pesar de tener la mente llenas de ideas sin sentido o con poca nitidez, lo sientes.
Sientes que todo ha valido la pena, que aunque no sea necesario escribirlo, plasmarlo, terminarlo... sientes como todo ha cobrado esa vida que al principio luchabas por darle.

Así, Olivia. Así es como las metas se cumplen y se transforman en una misión constante en nuestra vida.
Así, Olivia. Así es como la convicción con la que inicias se ha transformado en la felicidad que te provoca saber que has cumplido, que finalmente has terminado.
Así, Olivia. Así es como se siente poderlo todo, así es como se siente la satisfacción de haber hecho todo, absolutamente todo, para ser feliz.

Y sí, Olivia, es suficiente...
-¿Suficiente?
Suficiente.
-¿Sentirlo?
Sentirlo.

Sí. Eso es... es suficiente solo sentirlo. 
Sentir cómo tu corazón te sonríe, cómo tu mente se llena de paz y cómo todo tu cuerpo es capaz de descansar.

¡Felicidades!
-¿Felicidades?
¡Felicidades!
-¡Felicidades!

Ahora sonríe y no te reprimas. Lucha por alcanzar la Luna o tocar una estrella tanto como puedas. Inténtalo sin importar cuántas veces te caigas o pierdas tus fuerzas. Sigue agitando tus alas hasta el final de tus días. 
Porque ese final es el que te dejará ver, el que te dejará sentir, el que te dejará vivir -por más irónico que parezca- todo lo que luchaste por hacer en una larga vida.
Levántate, ¡ponte de pie! 
¡Sonríe, Olivia, sonríe!
-¿Sonreír?
Sí, Olivia. Sonríe porque todo por lo que luchaste, cuantas veces caíste, sin importar cuánto lo intentaste, ha tocado el corazón de alguien. Ha trascendido más allá de lo que imaginabas, más allá de tu propio cuerpo, de tu propia alma... ha trascendido hasta los confines más recónditos de otro galaxia...

-¿Cómo lo sabes?
Es fácil.
-¿Qué tan fácil?

Solo basta...

con sentirlo.

En ese momento, la polilla giró su cabeza hacia Olivia y de repente, expiró.
En ese momento, los ojos de Olivia se llenaron de lágrimas, se puso de pie y estiró sus manos con la polilla hacia la Luna.
Un viento poderoso vino de repente, llevándose de sus manos la polilla que recién había dejado de vivir y como por arte de magia, se transformó en pequeños puntos brillantes...
Una lágrima se derramó por la mejilla de la muchacha al pensar en que la polilla lo había logrado.
Había sentido la luz que tanto había anhelado, y ahora, era parte de ella y lo seguiría siendo por toda la eternidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lindo como siempre proviniendo de ti =)
y claro tal como dice , es suficiente con sentir las cosas, pero si tenemos la habilidad de expresarlo y compartir esto que sentimos, se convierte en un don que nos puede ayudar a esparcir alegria en el resto del mundo =D una habilidad que TU muy powerosa tienes n_n tqmmmm mami linda luisita... sigue asi con tus super escritos pro, y yo seguire viniendo a leerte =)

Cuidate muxooo tq!
tu hijo ternurin
juank

eRe (Ale a veces) dijo...

Solo sentirlo, solo dejarte llevar, VIVIR en todo su sentido.
Volar... Atreverse a alcanzar el pico más alto, atreverse a lo que sea que desees hacer, los sueños no son inalcanzables, los sueños son el camino que te acerca a la meta espiritual a la que todos aspiramos, a la felicidad. Al amor que trasciende. El amor a lo que haces, a lo que decides hacer.
J.P. Sartre dice "Un hombre feliz no es el que hace lo que quiere, sino el que quiere lo que hace". Cuánta razón ha tenido este hombre siempre...
Sí, Olivia lo supo y ahora puede seguir adelante con polvo brillante...

lunes, junio 14

Solo sentirlo...

Había vivido días maravillosos. Días llenos de luz, calma, brillo, amor, felicidad y una paz tan inmensa que ni ella misma podría explicarse. Todos estos sentimientos de bondad causaban un revoloteo extraño en su cuerpo, en su mente y en todo su ser. Un sentimiento bastante difícil de plasmar, pero más allá de agradable para sentir y disfrutar.

De repente, en medio de la noche, mientras se encontraba mirando a las estrellas desde la ventana, una "mariposa" de esas que solo salen en la noche, pasó a su lado. 
La mariposita de polvo intentó alcanzar la Luna o alguna estrella, o al menos, eso parecía. Pero no logró alcanzar mucho. A poca altura del piso de la ventana, dejó de volar y cayó lentamente sobre la mano de Olivia, quien sonreía gentilmente ante el esfuerzo de la pobre polilla.

El animalito moriría mañana, y todo lo que habría obtenido sería la gratitud de haber volado hasta más no poder.

Olivia lo sintió en ese momento. A veces no era necesario hacer las cosas completas, porque siempre puede haber una fuerza que nos frustre en el camino, pero mientras lo intentemos en serio, mientras le pongamos todas las ganas que sean necesarias, aquella paz y amor por lo que hacemos nos llevará por el camino brillante hacía la luz de la felicidad que nos transporta a un punto medio en donde somos capaces de encontrar la calma.
Que no sea necesario no significaba que no hay que hacerlas, tampoco dejarlas a medias. Simplemente, hay un momento justo, donde sabes que has cumplido tu misión, donde te das cuenta que tus esfuerzos han valido la pena, donde tu pasión hacia lo que realizas llega tan lejos que incluso es contagiada, y lo sienten... lo sientes.

Y a pesar de tener una revoltura de sentimiento en tu mente, a pesar de tener el corazón al borde del colapso, a pesar de tener la mente llenas de ideas sin sentido o con poca nitidez, lo sientes.
Sientes que todo ha valido la pena, que aunque no sea necesario escribirlo, plasmarlo, terminarlo... sientes como todo ha cobrado esa vida que al principio luchabas por darle.

Así, Olivia. Así es como las metas se cumplen y se transforman en una misión constante en nuestra vida.
Así, Olivia. Así es como la convicción con la que inicias se ha transformado en la felicidad que te provoca saber que has cumplido, que finalmente has terminado.
Así, Olivia. Así es como se siente poderlo todo, así es como se siente la satisfacción de haber hecho todo, absolutamente todo, para ser feliz.

Y sí, Olivia, es suficiente...
-¿Suficiente?
Suficiente.
-¿Sentirlo?
Sentirlo.

Sí. Eso es... es suficiente solo sentirlo. 
Sentir cómo tu corazón te sonríe, cómo tu mente se llena de paz y cómo todo tu cuerpo es capaz de descansar.

¡Felicidades!
-¿Felicidades?
¡Felicidades!
-¡Felicidades!

Ahora sonríe y no te reprimas. Lucha por alcanzar la Luna o tocar una estrella tanto como puedas. Inténtalo sin importar cuántas veces te caigas o pierdas tus fuerzas. Sigue agitando tus alas hasta el final de tus días. 
Porque ese final es el que te dejará ver, el que te dejará sentir, el que te dejará vivir -por más irónico que parezca- todo lo que luchaste por hacer en una larga vida.
Levántate, ¡ponte de pie! 
¡Sonríe, Olivia, sonríe!
-¿Sonreír?
Sí, Olivia. Sonríe porque todo por lo que luchaste, cuantas veces caíste, sin importar cuánto lo intentaste, ha tocado el corazón de alguien. Ha trascendido más allá de lo que imaginabas, más allá de tu propio cuerpo, de tu propia alma... ha trascendido hasta los confines más recónditos de otro galaxia...

-¿Cómo lo sabes?
Es fácil.
-¿Qué tan fácil?

Solo basta...

con sentirlo.

En ese momento, la polilla giró su cabeza hacia Olivia y de repente, expiró.
En ese momento, los ojos de Olivia se llenaron de lágrimas, se puso de pie y estiró sus manos con la polilla hacia la Luna.
Un viento poderoso vino de repente, llevándose de sus manos la polilla que recién había dejado de vivir y como por arte de magia, se transformó en pequeños puntos brillantes...
Una lágrima se derramó por la mejilla de la muchacha al pensar en que la polilla lo había logrado.
Había sentido la luz que tanto había anhelado, y ahora, era parte de ella y lo seguiría siendo por toda la eternidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lindo como siempre proviniendo de ti =)
y claro tal como dice , es suficiente con sentir las cosas, pero si tenemos la habilidad de expresarlo y compartir esto que sentimos, se convierte en un don que nos puede ayudar a esparcir alegria en el resto del mundo =D una habilidad que TU muy powerosa tienes n_n tqmmmm mami linda luisita... sigue asi con tus super escritos pro, y yo seguire viniendo a leerte =)

Cuidate muxooo tq!
tu hijo ternurin
juank

eRe (Ale a veces) dijo...

Solo sentirlo, solo dejarte llevar, VIVIR en todo su sentido.
Volar... Atreverse a alcanzar el pico más alto, atreverse a lo que sea que desees hacer, los sueños no son inalcanzables, los sueños son el camino que te acerca a la meta espiritual a la que todos aspiramos, a la felicidad. Al amor que trasciende. El amor a lo que haces, a lo que decides hacer.
J.P. Sartre dice "Un hombre feliz no es el que hace lo que quiere, sino el que quiere lo que hace". Cuánta razón ha tenido este hombre siempre...
Sí, Olivia lo supo y ahora puede seguir adelante con polvo brillante...