Dream Storie~

Estaba ella dando vueltas de emoción mientras corría bajando y subiendo el puente por el que pasaban montones de personas y le miraban extraño.

Él no le miraba extraño. Le miraba con una sonrisa apenada y maravillada al mismo tiempo al verla llena de emoción.

Ella no lo veía a él, nunca lo había visto. Lo que ella veía eran las flores del cerezo danzando suavemente sobre el agua junto con las libélulas. Era hermoso el simple hecho de sentir al viento soplar, y a las libélulas volar y escuchar la voz de las cerezas cantarle una canción solo a ella, dándole gracias por mirarla.

En una de sus tantas vueltas, Olivia giró hacia donde estaba un muchacho sin moverse, mirándola con una sonrisa. Sin que nada hubiese pasado por su mente aún, Olivia se detuvo y lo miró sonriendo. En ese momento, él se acercó a donde estaba Olivia sonriéndole, y ella sintió que el mundo se detuvo.

Observó a través de los ojos del joven, más allá de su verdadera verdad, y lo miró. Miró el amor que había tras todo el Universo, y que estaba hecho solo para ella.

Se acercó a él, y lo tomó de las manos sin decirle nada. Él correspondió a las manos de Olivia, y justo en ese momento, el viento sopló fuerte, muy fuerte… pero lleno de cariño.

Las flores de cerezo le susurraron a Olivia palabras de amor al oido, y las libélulas los elevaron en una danza romántica de la que solo ellos podrían ser partícipes, junto con sus corazones tomados de las manos de la pasión.

Él la miraba con una sonrisa, ahora, sin vergüenza. Porque veía en lo profundo de sus ojos todo lo que había soñado hacia tantísimo tiempo. Todo lo veía ahora en ella. La verdad más allá de cualquier otra verdad estaba en esa mujer que mantenía sostenida de las manos. Y decidió acercarse a ella.

Acercó su rostro suavemente, y como si tuvieran un cronómetro, los dos cerraros los ojos en el momento para poder sentir los labios del otro.

El mundo brilló, resplandeció y se terminó en un instante.

Cuando Olivia abrió los ojos de nuevo, el joven comenzó a abrirlos también. Y se miraron, apenados.

Porque aunque nada de eso pasó en ese momento, de manera real y física. Los dos sabían perfectamente que sus corazones seguirían unidos desde ese momento y por siempre.

Ninguno diría nada. Nada hasta que se encontraran de nuevo.

Entre la multitud, Olivia desapareció a los ojos del joven. Pero al cerrarlos, el rostro del amor de su vida jamás se esfumaría de su corazón.

[nota: escrita mientras escuchaba la canción que ustedes escuchan ahora mismo :)]