¡Reportando!

Después de siete días, exactamente (con diferencias horarias) hago mi primer entrada al blog.

No es la primera, sin embargo lo siento como si así fuera. Nunca tardaba tanto en escribir -la verdad mis manos stán adoloridas de tanto hacerlo- una entrada para mi querido bloggie, pero así ha sido estos días y me temo que lo seguirá siendo durante todo el semeste, y quien sabe hasta más.

Apenas llevo una semana de estudios y en el área de mis ojos se aprecian fácilmente las señales de falta de descanso. Ojeras, venitas rojas resaltadas, palidez en general, etcétera. Y esque levantarse a las cinco de la mañana no es nada fácil cuando te acuestas a dormir a las once o doce porque te dejaron leer un número extremo de páginas y te das cuenta que, más que el número de páginas, es tu emoción por lo que empiezas a comprender lo que no te deja detenerte.

Llegar a clases y ver lo que te preparaste leyendo las dos tardes anteriores, siendo todo explicado y ubicado con imágenes y una maestra que sabe todo perfectamente del tema. Descubres que tu mejor instrumento de estudio es tu propio cuerpo, y comienzas a ver pqueñas leyendas imaginarias señalándote cada hueso y parte de él, cada forma, cada hueco. Y lo más increíble de todo es que, si tienes tantos huesos, orificios, deformaciones y partes, te das cuenta que todo está ahí por alguna razón. Razones que talvez pensaste alguna vez, razones que igual nunca se habían cruzado por tu mente, razones increíbles que te hacen amar cada vez un poco más lo que haces ahora, que es lo que te llevará a lo que serás en el futuro.

Y esto se aplica a cualquier carrera y en cualquier materia referente cuando de verdad tienes la covicción y la vocación de que lo que estás estudiando es lo que quieres, lo que debes, lo que necesitas para ti mismo diga lo que diga y quien lo diga.

La verdad resulta bastante sorprendente verme desde el día de mis trámites de admisión con dudas frente a una computadora, y sentirme hoy, claramente, como me sentí el día de mi juramento: con seguridad. Y una cucharadita de amor a la bata blanca♥

Les deseo que estén bien, y no sé cuándo resuelva en escribir de nuevo. Gracias por leerme a quienes me leen y disculpen a quienes no he podido pasarme a leer, y esta vez no hay excusa... ¡Hay tarea! ¡Ja, ja, ja, ja!